Es bien sabido por todos los innumerables beneficios que tiene practicar ejercicio, tanto para la salud física como para la mental. La actividad física nos ayuda a enfrentarnos y superar problemas, incluido los problemas con las adicciones.

El consumo de sustancias psicoactivas (cocaína, anfetamina, heroína, alcóhol, etc) y la práctica de ciertas conductas (juego patológico, compras compulsivas, etc) ponen en marcha en nuestro cerebro un sistema de recompensa primitivo que nos genera sensación de bienestar, «tranquilidad», euforia, etc. Además, se produce en nuestro cerebro una multitud de sustancias, entre ellas dopamina y endorfinas, que provoca una sensación placentera. Todo esto hace que el cerebro del adicto intente repetir una y otra vez el consumo de sustancias o la práctica de estas conductas para experimentar nuevamente esas sensaciones. El consumo repetido de estas sustancias o la práctica de ciertas conductas hará que nuestro cerebro y cuerpo se habitúe a esto, llegando a no poder vivir sin ellas.

Al comenzar un proceso de rehabilitación, el cuerpo y el cerebro de la persona echa en falta la sustancia que ponía en marcha ese sistema de recompensa y generaba esa sensación de placer. Está científicamente probado que la práctica regular y moderada de actividad física aumenta la producción de endorfinas generando un incremento en nuestra sensación de bienestar. Las endorfinas son péptidos opioides endógenos producidos por la glándula pituitaria. Sus efectos son parecidos a los analgésicos, produce una sensación relajante que genera bienestar, tranquilidad y felicidad. Además de producir endorfinas, el ejercicio físico proporciona a la persona en proceso de recuperación de una adicción otros beneficios:

  • Reduce los niveles de estrés y ansiedad.
  • Mejora la autoestima y la apariencia física.
  • Beneficia a la hora de conciliar el sueño.
  • Ayuda a tener una rutina y ser más disciplinados.
  • Ayuda a «regenerar» las estructuras y mecanismos cerebrales dañados por el uso de las drogas.
  • Ayuda a prevenir recaídas en el futuro.

En conclusión, la práctica moderada y regular de actividad física es esencial para la recuperación y rehabilitación una adicción, previniendo las futuras recaídas y minimizando los síntomas durante la abstinencia.