El fenómeno del alcoholismo

El fisiólogo norteamericano Elvin Morton Jellinek, especialista en bioestadística fue quien, durante los años cuarenta, a raíz de sus investigaciones sobre el alcoholismo, marcó las pautas esenciales a la hora de comprender el fenómeno del alcoholismo y sus investigaciones han contribuido a una mejor comprensión de esta enfermedad, con conceptos como adicción, dependencia y toxicomanía alcohólica.

Su primer libro, la adicción al alcohol y el alcoholismo crónico, se publicó en 1942 y unos años más tarde fue contratado por la OMS para trabajar como consultor de alcoholismo en Ginebra, realizando contribuciones muy importantes para los Comités de Expertos en Salud Mental acerca de esta enfermedad.

Su libro más representativo es La enfermedad alcohólica, un tratado en el que describe, conforme a los patrones de consumo, los diferentes tipos de alcoholismo.

Jellinek afirma que, para considerar enfermo alcohólico a una persona, debe darse la circunstancia de una incapacidad para abstenerse o de pérdida de control y que, no en todos los tipos de su clasificación existen estas circunstancias.

Conforme a sus investigaciones la enfermedad del alcoholismo se desarrolla en 4 fases distintas con una serie de síntomas característicos: pre-alcohólica, prodrómica sintomática, crucial o crítica y crónica.

Los niveles de alcoholismo de Jellinek son empleados para medir el grado o la etapa de la adicción la que se encuentra la persona.

Fases del alcoholismo

Alcohólico ALFA:

Este tipo de alcoholismo también es conocido como consumo de evasión o consumo problemático de alcohol.

Hace referencia al individuo que presenta una dependencia del alcohol psicológica y no presenta por tanto síndrome de abstinencia, manteniendo control sobre el consumo, pero sin abandonarlo ya que la substancia le ayuda a paliar algún dolor emocional o psíquico. Este tipo de alcoholismo aparece frecuentemente en personas con esquizofrenia, epilepsia, esquizofrenia, paranoia o una gran inseguridad personal.

También se da en personas con algún tipo de dolencia física, siendo los bebedores Alfa, bebedores sintomáticos que consumen para mitigar los efectos de esta dolencia.

No suelen presentar falta de control ni incapacidad de abstenerse, tampoco presentan síntomas de proceso progresivo, pero pueden evolucionar a gamma.

Estos bebedores tampoco siguen reglas sociales al respecto de la bebida.

Alcohólico BETA:

Este tipo de alcoholismo hace referencia a aquellos bebedores excesivos de forma regular. No existe una dependencia fisiológica, pero en este caso, los factores socioculturales resultan determinantes. Si bien, en este tipo de alcoholismo, la suspensión de la substancia tampoco da lugar a un síndrome de abstinencia, sí que existen importantes repercusiones orgánicas (alcoholización) y complicaciones como, por ejemplo, polineuropatías, gastritis o cirrosis hepáticas.

Esta clase de alcoholismo puede terminar derivando en gamma o delta y provoca una reducción del bienestar y la esperanza de vida en la persona, así como un importante deterioro de su salud física.

Alcohólico EPSILON o DIPSOMANIA:

Hace referencia al bebedor episódico. También se denomina dipsomanía.

Aparece en personas que pasan largos periodos de abstinencia o de consumo muy moderado hasta que este estado se interrumpe para dar lugar a episodios de ingesta

compulsiva, masiva e intensiva de alcohol (binge drinking).

Este tipo de alcoholismo está asociado a la distimia epiléptica o ciclotímica, a estados crepusculares, con conductas semiautomáticas y amnesia posterior.

Alcohólico GAMMA:

Este tipo de bebedor es denominado bebedor alcoholómano. En esta clase de alcoholismo se da la dependencia fisiológica, aunque también tienen gran importancia los componentes psicológicos. En el alcoholismo gamma aparecen épocas de embriaguez diaria que se extienden durante meses o semanas y entre ellos, son frecuentes largos periodos de abstinencia. Es una forma de alcoholismo bastante habitual en países en los que la bebida socialmente se encuentra normalizada, como Gran Bretaña; de ahí que también reciba el nombre de alcoholismo anglosajón.

Se caracteriza entre otras cosas por:

  • La aparición de dependencia física registrada, acompañada de síndrome de abstinencia y de falta de control

  • La tolerancia progresiva

  • La adaptación del metabolismo celular

  • El impulso a la embriaguez

  • El hecho de que los episodios no suelan finalizar hasta que tienen repercusiones importantes, tales como problemas financieros o de salud

Alcohólico DELTA

O bebedor alcoholizado. Este enfermo presenta las características del alcoholismo gamma y le suma la incapacidad de abstenerse.

La dependencia aparece tanto a nivel fisiológico como psicológico y el componente social es determinante. Por tanto, se trata de bebedores sociales, pero incapaces de abandonar la bebida. Este perfil tiene una progresión lenta y se presenta tolerancia, gran dependencia física y síndrome de abstinencia.

Suelen consumir diariamente un elevado volumen de alcohol, aunque no suelen presentar intoxicación, puesto que, al no existir compulsión, su capacidad de control sobre la cantidad de bebida ingerida no está alterada.

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