Mi vida en manos de la droga.

Era una persona feliz, una persona llena de pensamientos buenos y con muchas ganas de vivir. Responsable, educado y con muchos objetivos que quería cumplir en la vida, una persona rodeada de amor y felicidad, tenía todo lo que quería… unos padres maravillosos que no me podían querer más, un hermano menor que yo 4 años que lo quería y quiero como a nadie, siempre estuvimos juntos, en definitiva, una familia llena de amor y felicidad, con abuelas y tíos siempre unidos.

Con 14 años de edad empecé a beber algo, algo de alcohol, como todos los jóvenes empezamos, el grupito de amigos que se juntan los fines de semana, siempre pensando que si bebemos somos más «guays» o algo así. Sin darnos cuenta que no hacemos nada bueno bebiendo, sino todo lo contrario.

Siendo así, aún era un niño feliz aunque también empecé a fumar, fumar tabaco. En ese momento, solo bebía los fines de semana con los amigos, incluyendo algún que otro cigarrillo. Por aquella época, conocí a una chica, la mujer de mis sueños (aún hoy en día estamos juntos).

Con 16 años, bebiendo alcohol los fines de semana y fumando algún que otro cigarro, empecé a probar algunas drogas, «porros» de marihuana y hachís. Ya los fines de semana consistían en alcohol, tabaco y «porros».Como pasa con todas las drogas, cada vez necesitas más y más, el consumo de «porros» ya era diario, cada vez necesitaba más dinero para comprar. Se me iba un dineral en alcohol, tabaco y «porros».

Es en este momento cuando empieza a afectarme negativamente, el estado de ánimo, me fue cambiando el carácter, pasaba de todo y cada vez tenía menos ganas de relacionarme con lios amigos y la familia. Ya no era yo, ni con la familia, ni con los amigos, ni con mi novia ni siquiera conmigo mismo.

Como los «porros» lo fuman muchas personas, uno no se da cuenta del problema donde se está metiendo. Con 19 años y algún que otro problema, me dan a probar la droga más adictiva que existe, la cocaína. En este momento comienza mi entrada al infierno. El consumo de cocaína solo los fines de semana duró, aproximadamente, 3 años. Aunque me pasaba toda la semana deseando que llegara el viernes para poder consumir, solo me limitaba a los fines de semana. Las peleas con mi pareja se habían disparado, yo no era el mismo.

En 2014, tuve a mi hijo y a partir de ese momento el consumo pasó a unos 4 días por semana y poco después a 7 días a la semana. Es en este momento cuando empiezo a robar a mis familiares para poder consumir. Les robaba el dinero y hasta les llegué a robar el oro que tenían, robaba a mis amigos, a mis vecinos, etc.

Peleaba a diario con mis padres y con mi novia. Así he estado los últimos 5 años de mi vida, siendo el infierno mas grande que una persona puede vivir, he perdido los 5 primeros años de mi hijo e intente varias veces quitarme la vida.

El día 3 de mayo tomé una de las decisiones más importante de mi vida, ingresarme en un centro de drogodependencia. Llevo casi 5 meses en el centro, he disfrutado de mi mujer lo que no había disfrutado desde que empecé a consumir cocaína, he disfrutado de mi hijo lo que no había hecho durante 5 años y he disfrutado de mis padres. Ahora soy feliz y empiezo a saber vivir sin drogas, a no ser esclavo de ellas, esto si que es una gran lotería que me ha tocado a mi.