Como todos ya conocemos, el consumo excesivo de alcohol, tiene un impacto devastador en la salud. Tanto es así, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que beber tres o más bebidas alcohólicas al día ya constituye un consumo excesivo. 

Este hábito no sólo está asociado con enfermedades físicas como cáncer, insomnio, problemas cardíacos y hepáticos, entre otros, sino que también desencadena la aparición de trastornos mentales o los agrava.

El alcohol no solo desencadena problemas de comportamiento, sino que también está ligado a trastornos leves como problemas de memoria, cambios en el estado de ánimo y dificultades de coordinación. 

Sin embargo, poco se habla de las enfermedades mentales que derivan o pueden activarse con el consumo excesivo de esta sustancia, por desgracia legal.

El alcohol, factor desencadenante de enfermedades mentales

Cuando hablamos de una enfermedad mental, lo hacemos de aquellas patologías psiquiátricas que pueden activarse o agravarse debido al abuso de esta sustancia. 

El alcohol no solo no ayuda a resolver problemas de salud, sino que, lamentablemente, tiende a empeorarlos. 

Además, está implicado en el desarrollo de otras condiciones psiquiátricas comunes entre quienes abusan de él, como la depresión mayor, el trastorno de ansiedad y la esquizofrenia alcohólica.

 

Tipos de enfermedades mentales derivadas del alcoholismo

Entre las enfermedades mentales más comunes asociadas con el alcoholismo se encuentran las siguientes:

Ansiedad

Tanto la ansiedad puede predisponer al alcoholismo como el consumo de alcohol puede desencadenar ansiedad. 

El exceso en la ingesta de bebidas alcohólicas puede resultar en daños a los nervios cerebrales, afectando la función de los neurotransmisores.

Esto conlleva a problemas de memoria, dificultad para resolver situaciones y problemas de concentración, síntomas compartidos entre el abuso de alcohol y la ansiedad. 

Incluso después de consumir alcohol, durante la resaca, la ansiedad puede intensificarse. Sentimientos de culpa o desconcierto pueden agravar el estado de ánimo depresivo o ansioso. 

 

Depresión

La depresión está estrechamente vinculada a emociones negativas y se relaciona con conductas de riesgo, como el consumo excesivo de alcohol. La coexistencia de alcoholismo y depresión mayor es una de las patologías duales más frecuentes en el ámbito de las adicciones, con prevalencias que oscilan entre el 12% y el 80%.

Es crucial distinguir entre episodios depresivos causados por el consumo de sustancias y aquellos que son primarios y coinciden con el uso de estas sustancias. 

Sin embargo, el debate no se limita a determinar si las personas que abusan del alcohol se deprimen debido a este consumo o si el consumo es resultado de la depresión. 

Existen posibilidades de que tanto el consumo como la depresión tengan raíces más complejas. No obstante, el alcohol siempre dificulta la efectividad del tratamiento y agrava el pronóstico para el paciente.

 

Esquizofrenia alcohólica

La depresión y la ansiedad tienen una alta comorbilidad con el alcoholismo, lo que complica el tratamiento y puede llevar a un mayor riesgo de suicidio. Por otro lado, la esquizofrenia, un trastorno mental complejo, se ve exacerbada por el consumo de alcohol, generando efectos perjudiciales tanto a nivel social como cognitivo en quienes la padecen.

En el caso de la depresión y la ansiedad, la relación con el alcohol puede presentarse de diversas maneras: ambos trastornos pueden ser primarios, secundarios entre sí o provocados por factores independientes. Sin embargo, el alcohol siempre complica la respuesta al tratamiento, dificultando la mejoría del paciente.

La esquizofrenia, por su parte, se ve especialmente afectada por el alcoholismo. La incidencia de adicción alcohólica en personas con esquizofrenia es significativamente mayor que en la población general, lo que conlleva a un deterioro adicional de las funciones sociales y cognitivas, además de desencadenar cuadros clínicos similares a los de la esquizofrenia misma.

 

Delirium Tremens

Podríamos estar hablando de una de las enfermedades más graves que afectan a las personas con adicción al alcohol. 

Esta enfermedad se caracteriza por la aparición de síntomas psicológicos y físicos extremos que pueden ser mortales si no se trata adecuadamente. Esta puede ocasionar complicaciones graves como insuficiencia cardíaca, sepsis, convulsiones o lesiones cerebrales debido a la falta de oxígeno.

 

Centro de tratamiento para la adicción al alcohol

Como podemos observar, el impacto del alcohol va más allá de las enfermedades físicas.

En esta adicción se pueden dar varios tipos de alcoholismo y trastornos mentales.

Realizar un diagnóstico de la patología dual es fundamental para abordar de manera efectiva tanto el alcoholismo como los trastornos mentales asociados.