Una droga recreativa
La escopolamina como tal, no es realmente una droga recreativa, aunque en estos últimos años las crecientes tasas de abuso y su empleo como substancia empleada en delitos de sumisión química, han comenzado a captar la atención de la gente. Este fármaco ha sido utilizado principalmente como medicamento postoperatorio para aliviar las náuseas y, también, se utiliza a menudo en buceadores, pescadores y trabajadores de cruceros para ayudar con el mareo por movimiento, siempre en dósis mínimas y bajo estricta prescripción médica.
Sin embargo, la escopolamina se ha transformado a lo último en una droga peligrosa por muchas razones. La primera es que ha pasado de tener un empleo exclusivamente médico a utilizarse como droga recreativa y, la segunda, es que desgraciadamente además, esta substancia se ha venido empleando en actividades criminales en las que, por sus efectos, se da a consumir a las víctimas a fin de hacerle perder el conocimiento y la voluntad. En este sentido, todos hemos escuchado las noticias al respecto de violaciones y robos en los que se había empleado burundanga, otro de los nombres por los que esta peligrosa droga es conocida.
Entonces, ¿qué es exactamente la escopolamina?
En su empleo legal, la escopolamina es un fármaco utilizado por el personal médico después de una cirugía invasiva o cuando un paciente está bajo los efectos de la anestesia. Muchas personas experimentan náuseas y vómitos extremos a causa a los medicamentos anestésicos, por lo que la escopolamina se utiliza para evitar o minimizar estos efectos secundarios.
Originalmente, esta substancia se extraía de un árbol sudamericano que pertenece a la misma clase que la planta de la belladona. Los lugareños a menudo llaman a la versión en polvo «Aliento del diablo» debido a sus efectos sedantes, tóxicos e incluso alucinógenos. Los nativos que usan la planta a menudo la mezclan en una bebida o soplan el polvo en la cara de otra persona para lograr estos efectos. Según los investigadores, las dosis altas empleadas de esta forma pueden crear un «estado de zombi» que inhibe tanto el libre albedrío como la memoria.
Como medicamento, es usado a menudo también para tratar los efectos secundarios de la enfermedad de Parkinson puesto que alivia los espasmos musculares al bloquear la actividad del neurotransmisor acetilcolina.
La escopolamina como droga de abuso
Al igual que con cualquier otra droga o sustancia, la escopolamina es susceptible de abuso. Como medicamento podemos encontrarla en tabletas, inyectables y parches transdérmicos, lo que hace que este abuso sea extremadamente sencillo. De hecho, existen altas tasas de abuso en lugares como las cárceles y, cada vez más, se ha extendido su empleo por todo el mundo como una droga de violación o una herramienta utilizada por los ladrones para poner a las víctimas en un estado de sumisión.
Sus efectos
Los efectos más comunes de la escopolamina son:
Según informes de todo el mundo, principalmente en países como Brasil, Colombia, España y Argentina, ladrones, secuestradores y violadores suelen utilizar la escopolamina como una herramienta de sumisión química para llevar a sus víctimas a un estado de completa sumisión.
Por ejemplo, los informes de noticias de estos países detallan cómo los delincuentes colocan polvo o tabletas de escopolamina en la comida, las bebidas o incluso en las servilletas o pedazos de papel de la víctima, para posteriormente abusar o robar a sus víctimas. Aparentemente, debido a la naturaleza de la droga, las víctimas a veces entregan voluntariamente sus billeteras, tarjetas de crédito o las llaves del coche una vez que el abusador se lo pide. Lo más complicado a este respecto es que, las víctimas, no suelen presentar sintomatología evidente de consumo, pareciendo estar a simple vista en un estado normal, algo que hace muy difícil a las personas que puedan encontrarse alrededor percibir que la persona se encuentra bajo los efectos de dicha droga.
Empleo de la escopolamina junto a otras substancias
Como con cualquier droga, mezclar escopolamina con otras sustancias o alcohol puede resultar en una combinación mortal. Esta es la razón por la cual las personas que abusan de la droga de forma recreativa por sus efectos sedantes y alucinatorios, a menudo pueden padecer graves efectos secundarios.
El alcohol es especialmente peligroso cuando se usa en combinación con esta droga, ya que puede aumentar rápidamente los efectos:
Las personas que la emplean bajo prescripción médica o abusan de la escopolamina deben evitar absolutamente el consumo de alcohol mientras se encuentran bajo los efectos de esta droga, pues en los casos más graves puede llegar a provocar fácilmente sobredosis e incluso la muerte.
Además, las personas que toman medicamentos recetados para problemas como depresión, ansiedad, insomnio, trastorno bipolar, etc. también deben evitar combinar medicamentos con escopolamina, a menos que lo apruebe un médico. De manera similar, la escopolamina, a menudo pueden empeorar los efectos de otras drogas o enmascarar sus efectos secundarios, haciendo que el usuario use más cantidad de substancia para obtener el efecto deseado. Cuando esto sucede, la sobredosis pasa a ser una amenaza real mucho más factible.
La escopolamina también tiene la capacidad de ralentizar el sistema digestivo, ya que su uso principal es detener las náuseas. Esto significa que las drogas o el alcohol que se encuentren previamente en el organismo tendrán un tiempo de digestión retrasado. Si el usuario continúa ingiriendo más drogas, puede dar también lugar a una sobredosis o intoxicación.
Es por eso que combinar la escopolamina con opioides, otros alucinógenos o buprenorfina también puede ser extremadamente peligroso. Dichos medicamentos pueden interactuar con el sistema digestivo y también actuar directamente sobre el sistema nervioso central, que es el área cerebral donde también actúa la escopolamina, llegando a sobrecargar el sistema neurológico y causando:
En resumidas cuentas, esta substancia resulta sumamente peligrosa y deben tenerse en cuenta todos estos posibles efectos nocivos cuando se consume sin la supervisión médica correspondiente.
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